
Y cuando creía haberte olvidado, algo me sorprendió.
Seguir leyendoPor tu culpa
llevo más de veinte poemas de amor
y no necesito canción desesperada.
Pensé que no había bola de demolición que derribase semejante fachada,
pero bastaron cinco minutos
y una guitarra
para ver cómo te rompías
entre partituras.
He contado los lunares de su espalda como quien cuenta los días que quedan para navidad. Seguir leyendo