
Quizá nunca fui buena en orientarme y me he perdido más veces de las que me he encontrado. No sé cuándo una brújula señala el norte porque para empezar, yo soy la primera que tiende a perderlo. Pero os aseguro que no hace falta ser astrónomo, ni entender de coordenadas, para saber dónde encontrar las mejores constelaciones. Y es que estas se encuentran en su piel. La Osa Mayor en su antebrazo, Casiopea en su espalda y la Estrella Polar en su mejilla.
Paula Pastor.